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budismo

Llevado por la oración

Som ha sido testigo de cómo la oración obra milagros en la vida de las personas y espera ver a más creyentes animados y fortalecidos a través de ella.

En algunos países del sudeste asiático, ser cristiano significa enfrentar persecución. Sin embargo, los creyentes que han experimentado el poder de Jesucristo deciden que vale la pena vivir esta vida, enfrentándose al posible desprecio, burlas, la presión de los líderes del pueblo, el trato injusto hacia ellos e incluso altercados físicos.

El padre de Som* fue sanado de una enfermedad después de que un grupo de seguidores de Jesús oraran por él. Su familia acudió a la iglesia como último recurso, ya que ningún otro ritual o medicina había funcionado. Después de que el padre de Som fue sanado, toda la familia decidió creer en Cristo. Sin embargo, cuando Som se mudó a otro pueblo, fue rechazado por ser cristiano. Bajo una inmensa presión, se alejó de su fe por algunos años. Más tarde, al ser bendecido con otro hijo tras la muerte de su primera hija, Som se sintió profundamente agradecido y decidió que nada lo alejaría de su Salvador nuevamente.

Sin vuelta atrás

Desde ese momento, Som y su familia enfrentaron una creciente persecución. El jefe del pueblo intentó obligarlo a él y a su esposa a firmar un documento renunciando oficialmente a su fe y los amenazó. Som se negó, diciendo: 

“Si quieres matarme, mátame, pero no voy a retroceder.”

Bajo el escrutinio de los demás habitantes, Som fue multado incluso por los errores más pequeños. “No sabía qué hacer; solo sabía orar,” recordó. Finalmente, le dieron un ultimátum: negar su fe o pagar una multa exorbitante. Antes de que se aplicara el castigo, Som tuvo el valor de presentar su caso en una reunión regional del pueblo. Allí, los líderes decidieron que nadie debería ser obligado a pagar por su fe.

Después de esa reunión, la vida de Som y su familia mejoró considerablemente. Som sintió que debía comprar una motocicleta para compartir su fe en lugares de difícil acceso. Cuando la motocicleta se dañó a principios de 2024, no tenía los medios para repararla así que Oró. A través de conexiones, Som había conocido de OM cuando asistió a un entrenamiento sobre cómo compartir el evangelio con aquellos que nunca habían escuchado de Cristo, otra oración respondida para un hombre que anhelaba saber más sobre cómo ministrar mejor a su comunidad. Al conocer su situación, el equipo de OM le proporcionó una motocicleta nueva.

Hoy, el pueblo de Som tiene un pequeño grupo de creyentes que se reúnen, adoran a Dios y oran por su comunidad. Comenzó con la familia de Som y otra más, y ha ido creciendo poco a poco. A veces, vecinos enfermos piden oración, y repetidamente, Som ha visto a las personas experimentar el poder de la oración y entregar sus vidas a Jesús.

“Necesitamos enseñar a más creyentes a orar,” dijo Som. 

Él espera aprender más sobre cómo compartir el evangelio y ayudar a las personas a crecer en su fe a través de los entrenamientos de OM. Es testigo de cómo la oración puede cambiar y salvar vidas. Ver a más creyentes, sin importar sus circunstancias, fortalecidos por una oración fiel es la oración de Som por su pueblo.

Por favor, oren para que más cristianos en el sudeste asiático vayan con valentía a lugares donde es difícil compartir el amor de Jesucristo. Oren para que más cristianos entiendan la importancia de la oración y la unidad entre los creyentes. Oren por fuerza, valentía y perseverancia para la iglesia perseguida en el sur de Asia.

*nombre cambiado

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