Creemos en un Dios que existe en tres personas distintas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. (Dt 6:4; Mt 28:19; I Co 8:6)

Creemos que Jesucristo es plenamente Dios y plenamente humano. Creemos que nació de una virgen. Creemos que vivió una vida sin pecado. Creemos que Sus milagros eran ciertos. También creemos que murió en el lugar de los pecadores en una cruz, que Él fue verdaderamente resucitado y ascendió de nuevo al cielo. (Col. 1:15; Fili. 2:5-8; Mt. 1:18-25; 1 Pedro 2:24 ; Lc. 24; Hb 4:14-16; Hch 1:9-11; 1 Ts. 4:16-18; Mt. 25:31-46; Ap. 11:15-17; 20:4-6, 11-15)

Creemos en la persona y deidad del Espíritu Santo. Creemos que Él da vida, santifica, da poder y consuela a todos los creyentes. Creemos que es a través del poder del Espíritu Santo que nacemos de nuevo, Y que la obra del Espíritu incluye condenarnos del pecado y facultarnos para ser justos. (Ro 8; 1 Co 2:13; Mt 28:19; Hch 2; Jn 3 y 16).

Creemos que toda la Biblia es la Palabra inspirada de Dios y que el Espíritu de Dios movió a los hombres a escribir las mismas palabras de la Escritura. Por lo tanto, creemos que la Biblia no tiene errores en sus manuscritos originales. (2 Pe 1:21; 2 Tim 3:16-17; Hb 4:12; Sal 119:89, 160; Is 40:8)

Creemos que la humanidad fue creada a imagen de Dios.  Dios le dio a Adán, el primer hombre, comandos específicos que iban a ser obedecidos.  Por su pecadora desobediencia a estos comandos, Adán y toda la raza humana fueron separados de Dios. Como resultado, el hombre es incapaz de recuperar una relación correcta con Dios a través de su propio esfuerzo. (Gn 1:26-27; Rom 3:10, 23; 5:12-20; Jn 3:3; Hch 13:38-39; Jn 3:16; Mt 25:46; 2 Co 5:1; 2 Tes 1:7-10)

Creemos que el hombre es salvo sólo a través del arrepentimiento y la fe en la obra terminada de Cristo. Creemos que cuando nos arrepentimos y expresamos fe de esta manera, no somos declarados culpables ante Dios por Su gracia. Creemos que el bautismo no es necesario para la salvación, sino que es un acto de obediencia. (Ef 2:8-9; Rom 5:1-2; Rom 10: 9-10; Col 1:19-20; 1 Co 1:21)

Creemos que la Iglesia es el cuerpo de Jesucristo, y está compuesta por todos los creyentes verdaderos. Creemos que estas asambleas locales también son la iglesia, ya que es en estas asambleas locales donde se lleva a cabo el trabajo de la iglesia. La obra actual de la Iglesia es la adoración de Dios, el amor y la enseñanza de las personas, y haciéndole saber a un mundo perdido. Creemos que el propósito de la Iglesia es glorificar a Dios. (Hch 2:41; 15:13-17; Ef 1:3-6; 1 Co 12:12-13; Mt 28:19-20; Hch 1:6-8; 1 Tes 4:16-18)

Creemos en el regreso personal y corporal del Señor Jesucristo. Su regreso completará y establecerá el continuo disfrute de nuestra salvación en su glorioso reino. (1 Tes 4:13-17; Hch 1:9-11; Tito 2:11-13)